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EL MODELO DE EJÉRCITO ELUDIDO
(número 3 de Mayo de 1999).

Partimos de una terminología que se está empleando de forma equívoca. Lo de soldado profesional se está adjudicando, sin distinción, a quienes simplemente son soldados voluntarios, calificativo y condición muy distintos de profesional. Y se está empleando así porque si lo matizasen -políticos, comentaristas, periodistas- entrarían en un campo dialéctico en el que no quieren entrar pues, de hacerlo, llegarían por sus propios pasos a evidenciar el equívoco que están defendiendo; es decir, el de querer hacer creer en la posibilidad de existencia de unos Ejércitos cien por cien "profesionalizados" y en la falsa equivalencia de ambos conceptos de soldados. Las nuevas tecnologías militares ciertamente obligan a que un determinado porcentaje de soldados, no en la misma proporción en Tierra que ados porcentajes según qué Ejército, pero no todos los soldados. Por otro lado, hay Cuerpos y Unidades que por el alto riesgo de sus misiones y cometidos, por su duro entrenamiento y por deber estar siempre en disposición de ser empleados, deben componerse exclusivamente de voluntarios y,en Aire o en la Armada, deban ser especialistas y por ende profesionales; unos determin de entre éstos, debe hacer una cierta proporción de esos otros profesionales. Pero si se parte de otra evidencia, (que los Ejércitos de base exclusivamente profesional y voluntaria no generan por sí mismos reservas), se llegará a la conclusión de que hay que generarlas desde otra procedencia y ésta no puede ser otra cosa que el servicio militar obligatorio. De ahí que el modelo ideal debiera ser racionalmente éste: debe haber, en las proporciones numéricas que proceda, y de forma simultánea, profesionales, voluntarios y "forzosos". Estos últimos solo durante el breve plazo de tiempo preciso para su adiestramiento, completado éste con otra breve estancia en Unidades -también pagados debidamente como los otros- tras lo cual se licenciarían pasando a ser reservistas. Pretender que un profesional o un voluntario puedan ser llamados nuevamente a filas después de haber cumplido su contrato como tales -si no existe obligatoriedad del servicio militar- no es que sea utópico, es quimérico. Y es obvio que un Ejército sin reservas, por muy "profesional" que sea, es un puro contrasentido en el orden operativo, a la par que una tremenda irresponsabilidad de la clase política que lo ha impuesto. Por otro lado, no debe olvidarse esto: abolida como fue, venturosamente, la figura del "soldado de cuota", se vuelve a caer en ello, de hecho, en los Ejércitos integrados en su totalidad por soldados profesionales. Igualmente, esos Ejércitos profesionalizados cien por cien, son la quintaesencia de la insolidaridad social, como lo eran en proporción menor aquellos con "soldados de cuota". En el proyecto de ley, queriendo eludir estos retos dialécticos, se riza el rizo definiendo tres tipos de reservistas que, al menos en la clasificación de «reservistas obligatorios», no tiene la menor consistencia práctica ni jurídica, si se parte de que, "de hecho" o "de derecho" se suprime el servicio militar obligatorio de ámbito general. Aparte de esto, ¿qué servicio podrían prestar como soldados en activo -en caso de ser llamados a filas en una situación de crisis- si antes no habían recibido ninguna instrucción militar, habida cuenta de que actualmente, ante determinadas crisis bélicas, no daría tiempo para impartírsela?. Hay otra razón añadida, aplicable a muchos países, pero en especial a España: dada la entidad ridícula, -comparativamente hablando- del presupuesto de Defensa, es más que probable que no se pueda pagar debidamente a los soldados profesionales que se proyectan. Esto al margen de lo irracional que resulta pretender garantizar la defensa de España con tan reducido número de efectivos. Ante tal precariedad financiera, pueden darse estos casos:

1.- Que para poder pagar lo debido a cada soldado haya que reducir drásticamente aquellos efectivos.

2.- Que para poder llegar a ellos se pague menos de lo debido a cada soldado, con lo cual habría menos de los necesarios o de más baja calidad.

3.- Que para cumplir con la paga de los soldados haya que escatimar los fondos necesarios destinados a la modernización y constante puesta al día del armamento e instalaciones. En todos los casos, se caminaría hacia la indefensión de España.